Han visitado mi rinconcito...

sábado, 14 de septiembre de 2013

Gracias, mi querida teta.

Hola. A raíz de una súper pataleta de mi peque menor, caí en la cuenta, de que nos estamos acercando a los " TERRIBLES DOS AÑOS", sí, esa edad en la que tu adorable pequeño, comienza a ser un bebé cada vez más autónomo e independiente, con mayor poder de desición y opinión. 
Como a esta edad aún no dominan el uso del lenguaje, ni pueden transmitirnos lo que quieren, sus enfados se traducen en las rabietas, en furia huracanada, en llantos que van en aumento de decibelios. 
Y, ahí estás tú, con los ojos como platos, procurando que el temporal pase pronto, intentando consolar la rabieta de tu bebé, sin conseguirlo, poniéndote cada vez más estresada al comprobar que, lejos de conseguir, que tu peque encuentre en tus brazos, besos y abrazos, ese consuelo, no hay modo de que esa frustración termine.

Esta mañana sucedió. Quería sacar un bombillo de la caja. Pensé, si se lo enseño para así saciar su curiosidad, pueden suceder dos cosas: 

-una, que miré el bombillo y piense"buag, qué objeto más aburrido y soso" ( suceso casi imposible).
-dos, le interese muchísimo el bombillo en cuestión, quiera llevárselo, jugar con él y ocurra una desgracia ( suceso muy probable).

Entonces, opté por el " NO, eso es CACA, no es para jugar", sabiendo que el ciclón estaba a punto de aterrizar en mi casa. Al milisegundo, mi peque, entra en estado " enfado severo", su frustración es tal, que no sólo el llanto supera ya los umbrales máximos de molestia auditiva, sino que está furiosa, no ha conseguido su objetivo.

¿Qué hacer?. La abrazas, no quiere, la besas, tampoco, le "explicas" que los bombillos pueden caerse y con ello, ella se puede hacer daño, nada. A cada beso, abrazo, beso, palabra, el enfado va a más. 

Yo, la entiendo. Entiendo su enfado. No es porque sea una peque mimada, caprichosa, no. Simplemente encontró en el bombillo un objeto curioso, digno de exploración. 

Fue casualmente, un bombillo lo que se me iluminó a mí en el cerebro. ¡ Creo que tengo la solución!. Más allá de haberme puesto como una histérica, haberle gritado a la peque, haberla dejado sola para que " reflexione" de que no merece la pena llorar por un bombillo, le dije: " ¿quieres TETA?". 

Palabra mágica, sanadora, ahuyentadora de rabias, enfados y males. "Síííí", contesta la peque.

En la teta, la abrazo, le doy besos, le canto, jugamos. Ella sonríe, ríe, olvida que hace dos segundos se le iba la vida por culpa de un bombillo.

De nuevo, muchas gracias, querida TETA.

Saludos a tod@s.


Imagen extraída de Google.



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