Mami, hoy tengo ganas de tí. El apego.

Hola a todos.  Hoy toca hablar sobre EL APEGO.  Creo que no será necesario que os defina la palabra, de sobra seguro que la conocéis ya, aún así me sorprende que haya mucha gente todavía que relacione el apego con niños dependientes. Hasta donde yo sé los niños necesitan a la figura del adulto para satisfacer o cubrir sus necesidades más básicas, que no son sólo físicas sino también emocionales. Uf y como a tus hijos les des la teta más allá de los seis meses, el APEGO, según los " nutridos expertos" que nos rodean en el día a día, es más acentuado, porque la teta, señoras y señores, hace que nuestros peques sean más dependientes, menos autónomos y más niños apegados. En este punto creo que la gente confunde el apego ( la necesidad que tienen nuestros hijos de sentirse amados, protegidos, consolados) con lo que comúnmente llaman "exceso de mimos, sólo quiere a mamá, me persigue a todas partes, no quiere separarse de mí, tiene mamitis....", la lista es extensa.

Cuando somos pequeños, necesitamos que nos protejan, que nos quieran, que nos comprendan. Necesitamos saber que, pase lo que pase, mamá o papá, especialmente mamá, estará cerca para protegerme, quererme y comprenderme. Somos pequeños, frágiles y vulnerables. Papá y mamá son grandes, fuertes y me quieren.

El apego es una conducta absolutamente normal en los 3-4 primeros años de vida. Los niños a medida que van creciendo se van haciendo más autónomos e independientes de la figura materna y paterna, y, aunque el apego tan fuerte de los primeros años de vida, va disminuyendo, nunca desaparece. Es decir, el apego va cambiando según el crecimiento de nuestros peques, pero esa necesidad de amor, protección y comprensión, creo que ya no desaparece para el resto de nuestras vidas. Necesitamos el apego al nacer, mientras vamos creciendo, cuando nos convertimos en unos adolescentes rebeldes, cuando nos hacemos adultos y hasta cuando vamos envejeciendo. El apego no es una etapa pasajera, nacemos, crecemos y morimos necesitando el apego.

Yo quiero que en el futuro mis hijos sean unos adultos empáticos, que críen a sus hijos con el mismo apego que yo intento proporcionarles a ellos. Siento que, si les ofrezco ahora todo el apego que ellos me piden, mis hijos serán luego adultos más responsables y "sanos" emocionalmente.

Tampoco dar apego me exige a mi misma un sobre esfuerzo. ¿Dejar de hacer lo que me tiene tan ocupada para preguntarle a mis hijos que necesitan?, ¿dar más besos y abrazos?, ¿cogerles en brazos, abrazarlos y llenarlos a besos?, ¿escucharles, comprenderles y guiarles?. Los niños piden muy poco a cambio de algo muy, muy grande.

Y, yo no soy una madre perfecta. Grito, me enfado, riño, me estreso... E intento compensar mis pequeños fallos de madre, con mucho apego.

Y, el apego de ahora, que son pequeños, se va, para convertirse en otra clase de apego, el que toca cuando viene la adolescencia, la juventud y la madurez. Hay que disfrutarlo al máximo, pensando que rápido se pasa el dichoso apego absorbe madres.

El apego NO ES PERJUDICIAL, NO ES MALO, NO CREA NIÑOS MIMOSOS Y DEPENDIENTES DE MAMÁ. El apego LES PRPORCIONA SEGURIDAD, EMPATÍA, AUTONOMÍA Y ALTAS DOSIS DE AMOR.

Mis hijos están apegados, a su madre que soy yo.

Feliz domingo a todos.

Foto propiedad de mamide2soles.